Chico Mendes, conocido
internacionalmente por su lucha en defensa de la Amazonia y por impulsar
la Alianza de los Pueblos de la Selva fue asesinado el 22 de diciembre
de 1988, en Xapuri, pequeña ciudad de la Amazonia brasileña próxima a
Bolivia.
Chico Mendes era un recolector de
caucho, un seringueiro, descendiente de los emigrantes nordestinos
asentados desde hace un siglo en la Amazonia. Nació en 1944 en un
seringal llamado "Puerto Rico", en el Estado brasileño de Acre. Comenzó a
trabajar a los nueve años y hasta los 24 no aprendió a leer. Era un
luchador nato, y desde joven desarrolló una infatigable labor en defensa
de los seringueiros. Participó en la creación de la Central Única de
Trabajadores y del Partido de los Trabajadores. Chico
Mendes fue el principal impulsor del "Conselho Nacional dos
Seringueiros". Su oposición a la deforestación que afectaba a Acre y su
defensa de los pueblos de la floresta (indios, recolectores de caucho y
habitantes de las riberas de los ríos, entre otros), le dio una gran
proyección internacional. De seringueiro se transformó en sindicalista y
de sindicalista en ecologista.
Chico Mendes, conocido
internacionalmente por su lucha en defensa de la Amazonia y por impulsar
la Alianza de los Pueblos de la Selva fue asesinado el 22 de diciembre
de 1988, en Xapuri, pequeña ciudad de la Amazonia brasileña próxima a
Bolivia. Los asesinos materiales fueron el terrateniente Darly Alves de
Silva y uno de sus 21 hijos, Darcy Alves Pereira, que fueron juzgados y
condenados, pero escaparon en 1993 sin muchos problemas de la cárcel de
Río Branco, capital del estado de Acre, siendo nuevamente apresados tres
años más tarde.
"A Chico le gustaba mucho jugar al
dominó. Llevaba jugando desde las cuatro de la tarde. A las seis y
media le pedí que parase, para servir la cena. Entonces se levantó de la
mesa, dijo que iba a ducharse y me preguntó si podía usar la toalla que
le había regalado por su cumpleaños. Le dije que sí, tomó la toalla y
se dirigió hacia la puerta. Abrió una rendija, vio que estaba oscuro y
volvió. Tomó una linterna , abrió la puerta y entonces le dispararon".
Ilzamar Gadelha, esposa de Chico
Mendes, que entonces tenía 24 años, recuerda con estas palabras los
últimos momentos de su marido, a quien el día 22 de diciembre un tiro de
escopeta disparado por Darcy Alves le segó la vida. Darly y Darcy eran
de la Unión Democrática Ruralista, latifundistas brasileños con una
larga lista de asesinatos en su haber, dice la viuda de Chico.
El asesinato de Mendes, de no ser por la repercusión que tuvo en
Brasil y en otros países, habría quedado tan impune como los más de
1.000 crímenes de dirigentes sindicales, militantes de izquierda,
abogados, sacerdotes de la teología de la liberación e indígenas
registrados en los últimos años en la Amazonia brasileña. Tras la muerte
de Mendes los asesinatos se han seguido produciendo, aunque a una
escala menor, pero con la misma impunidad. El 26 de marzo de 1998, 10
años después, fueron asesinados 2 líderes del Movimiento de Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST) en Parauapebas, en Pará, uno de los municipios
donde la lucha por la tierra es más violenta. En Pará han sido
asesinados más de 500 campesinos pobres en la última década. Los
conflictos por la tierra y la destrucción del bosque tropical son las
dos caras de la política de ocupación de la Amazonia.
El 9 de diciembre de 1988, 13 días antes de ser asesinado, Chico
Mendes en una entrevista con Edilson Martins, del diario Jornal do
Brasil, afirmó que estaba amenazado por los propietarios de la fazenda
Paraná, Darly Alves y Alvarino Alves. Desde 1973, esos dos
terratenientes tenían orden de prisión en Paraná (en el sur de Brasil),
pero el delegado de la Policía Federal de Acre, Mauro Spósito, retuvo
esa orden de prisión.
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